martes, 24 de julio de 2007

Síntesis de las Teorías Modernas y Postmodernas de la Organización (2da Entrega)

Por: Antonio Gándara.

Estas teorías surgen o son estudiadas de manera formal a mediados del sigo XX, siendo la Era Industrial la prevaleciente pero en franca transición a una era emergente conocida como la “Era del Conocimiento” donde la organización comienza a cambiar aspectos tales como, la manera de verse a si misma y la de interactuar con su entorno como elementos fundamentales en la concepción de su estructura; Dándose un mayor énfasis al ser humano como actor central de la organización, como ente generador del conocimiento y factor impulsor de la eficacia y la eficiencia organizacional, adoptando conceptos que apuntan a los sistemas de fácil reestructuración y adaptabilidad a los cambios y requerimientos de su entorno como medida de competitividad y permanencia en su nicho de mercado, haciendo énfasis en la calidad del servicio y la gestión efectiva de la información y el conocimiento.
Dentro del marco histórico descrito en el párrafo anterior, surgen enfoques que intentan adaptar la organización a esta nueva realidad mundial la cual sugiere cambios que van desde aspectos en el orden económico, social y hasta humanístico, situación esta que impulsa la necesidad de readaptar las teorías las ya existentes añadiendo nuevos elementos filosóficos, funcionales u operacionales lo que en muchos casos deriva en la formulación de nuevas teorías y cambios de paradigmas. En este sentido se manejan enfoques tales como: “El enfoque de Sistemas”, “El enfoque Socio-técnico” y “El enfoque de Contingencia” dentro de la modernidad; mientras que dentro de las conocidas como las postmodernas podemos mencionar “El enfoque Cibernético”, “El enfoque de Sistemas de Información” y “El enfoque del Holograma Social” entre los de mayor relevancia.
Vemos entonces como surge un segundo grupo de teorías históricamente intermedio, pero también actual donde son otras los conceptos relevantes tal como: Sistema social, información, espacio de aprendizaje, entorno, conocimiento y ecosistema. Ya no es principio exclusivo la maximización del beneficio, se despiertan otros principios de humanidad en nombre de la ética o incluso del incremento de productividad o mejora de los climas organizativos. En este orden de ideas a partir de los años 30 y desde la Escuela de Relaciones Humanas, Elton Mayo y Chester I. Barnard junto a otros, demuestran que la motivación es clave en la integración real de los individuos en las organizaciones dando paso entonces realmente al surgimiento de las teorías modernas con énfasis en el individuo, los roles, los patrones de conducta y el entorno físico y social donde estos se desenvuelve.
En este sentido el Enfoque de Sistemas plantea la Planificación Estratégica como herramienta para lograr que la empresa se reorganice y se reoriente hacia el individuo como ente interno y parte del entorno asegurando de esta manera la calidad de servicio, la competitividad y la supervivencia. Evolucionando conceptos y posturas asta paradigmas que van desde todo/parte a sistema/entorno conocido como “Adaptación”, el entorno como mecanismo de selección natural de permanencia conocido como “Selección Natural” y la colaboración mutua que combina la competencia sana con el intercambio natural de las organizaciones que comparten entorno conocida como “Ecología Organizacional”, conceptos estos que fueron acuñados por Morgan, que contemporáneamente con Peter Drucker, han formulado propuestas para enriquecer el carácter social de la organización de la mano del interaccionismo simbólico y otras doctrinas enfrentadas al mecanicismo clásico.
En este mismo orden de ideas este enfoque maneja conceptos propios de la teoría de sistemas tal como: Sistema abiertos, homeostasis, entropías tanto positiva como negativa, sinergia, procesos, función, tarea, rol, estructura, retroalimentación y retroalimentación entre otras. Estos conceptos apuntalan y le dan entrada al enfoque Socio-Técnico donde se entiende el individuo como el Sistema Social, el Sistema Técnico (Herramientas, técnicos y conocimientos) y Medio Ambiente como elementos fundamentales de toda Organización, donde el equilibrio y alineación que exista entre ellos incidirá de manera directa en la efectividad y la eficiencia de la misma. Mientras que por otro lado surge el concepto de Contingencia o Situacional basada fundamentalmente en que no existen lineamientos únicos o estandarizados que sirvan para abordar todo tipo de situaciones, sostiene que todo sistema organizacional esta interrelacionado directamente con su medio ambiente o entorno y todo entorno requiere de diferentes relaciones organizacionales para mejorar su efectividad.
Un enfoque en profundidad de la contingencia y la coyuntura de R. E. Miles (1978- 2003) ha dado lugar a teorías de la complejidad (HA Simon, S Kauffman, 1995), del caos (I. Prigogine ), la Holografía (imagen tridimensional, relación entre el todo y las partes) donde cada parto se podría ver como un todo ya que esta guarda todas sus características y otras teorías etiquetadas como postmodernas (sea o no aceptado el nombre por sus autores). También se percibe una creciente penetración y aceptación de tesis cognicionistas entre los que teorizan las organizaciones como redes (B. Uzzi, M. Granovetter) al igual que otras teorías basadas en la retroalimentación de la teoría de la organización desde propuestas biológicas o cognitivas se ha mantenido, con sus inestabilidades, en los conceptos organicistas y funcionalistas de las organizaciones humanas formulados en las últimas décadas tal como La Organización Red de Significados y la Autopoiesis.
En cuanto a la Autopoiesis Según Maturana y Varela son autopoiéticos los sistemas que presentan una red de procesos u operaciones (que lo define como tal y lo hace distinguible de los demás sistemas), y que pueden crear o destruir elementos del mismo sistema, como respuesta a las perturbaciones del medio. Aunque el sistema cambie estructuralmente, dicha red permanece invariante durante toda su existencia, manteniendo la identidad de este. Los seres vivos son sistemas autopoieticos y que están vivos solo mientras están en autopoiesis. Estos sistemas están abiertos a su medio porque intercambian materia y energía pero simultáneamente se mantienen cerrados operacionalmente, pues sus operaciones son las que lo distingue del entorno. No obstante, son autónomos en sus operaciones debido a la capacidad que tiene el sistema de reaccionar a los estímulos del medio que lo rodea.
Es de hacer notar que el sociólogo Aleman Luhmann afirma que la autopoiesis no se limita a ser una propiedad de sistemas biológicos o físicos, y la define como la “capacidad universal” de todo sistema para producir “estados propios” bien diferenciados enlazando a estos las operaciones propias del sistema gracias a la “auto-organización” de éste. El sociólogo pasa así el concepto de un nivel físico a un nivel cognitivo. La intención de Luhmann es buscar equivalentes funcionales a la integración normativa para dar solución al problema que afecta la autoorganización y la autoproducción de las sociedades en contextos de contingencia y riesgo. En ese aspecto introduce el nuevo paradigma autopoiético constituido en torno a la distinción entre sistema y entorno como condición de posibilidad para el sostenimiento del límite, el cual permite las operaciones autorreferenciales.
Sin embargo, desde el punto de vista de la teoría de los sistemas, la aplicación del concepto de autopoiesis a los fenómenos sociales ha dado lugar a una importante disputa entre Maturana, Varela y Luhmann, esto debido a que el creador del concepto el Dr. Maturana sostiene que podría convertirse en una aberración el hecho de tratar de extrapolar la autopoiesis a otras ciencias diferentes de las biológicas sin una adecuada interpretación tal como podria ocurrir con las ciencias sociales y en caso particular lo referente a organización y gerencia. No obstante autores como “José Maria García” también muestran lo que a su juicio, constituyen los principales aportes del paradigma autopoiético a la teoría sociológica.






Recomendaciones Bibliográficas acerca del tema:

Varela, Francisco J.; & Maturana, Humberto R. (1973). De Máquinas y Seres Vivos: Una teoría sobre la organización biológica. Santiago de Chile: Editorial Universitaria. Hay edición revisada de 1995, con un prefacio.
Varela, Francisco J.; Maturana, Humberto R.; & Uribe, R. (1974). Autopoiesis: the organization of living systems, its characterization and a model. Biosystems 5 187–196. —el primer artículo que describe, con la terminología contemporánea, el concepto de autopoiesis.
Luhmann, Niklas R. (1997). Organización y decisión, autopoiesis y entendimiento comunicativo. Barcelona: Anthropos.
Maturana, Humberto R. (1976). El árbol del conocimiento. Santiago de Chile: Editorial Universitaria. Primera edición.* Maturana, Humberto. R. (2002). Transformación en la convivencia. Santiago de Chile: Dolmen Ediciones.
Maturana, Humberto R. (1997). De Máquinas y Seres Vivos, autopoiesis de la organización de lo vivo. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
Maturana, Humberto R. (1996). El sentido de lo humano. Santiago de Chile: Editorial Dolmen ediciones S.A. Octava edición.
Maturana Humberto R. (1997). Emociones y lenguaje en educación política. Santiago de chile. Editorial Dolmen ediciones S.A. Novena edición.
Quintana Mejia Oscar. La problemática iufilosofica de la obediencia al derecho y la justificación constitucional de la desobediencia civil. Bogotá: Unibiblos (Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional), 2001.
Niklas Luhmann. (1998). Sistemas sociales, Barcelona: Anthropos,
Niklas Luhmann, “la descripción del futuro”, en observaciones sobre la modernidad, Barcelona: Paidos, 1997. pp 121-138.
Garcia Maria José, “autopoiésis: un nuevo paradigma sociológico”, en revista Anthropos (173/174), Barcelona: Antropos, 1997, pp 78-91
Maturana H.R. y Varela F.J. Autopoiésis y Cognición. Dordrecht, holanda: D. Reidel, 1980.
Varela, Francisco J. Autopoiesis y una Biología de la Intencionalidad

Teorías Modernas de la Administración (2da. Entrega)

Por : Lic. Miriam Levin de Gudiño.

La continua evolución de la práctica gerencial ha llevado a los investigadores a platearse diferentes teorías de la organización. Algunas disciplinas han realizado aportes importantes, logrando enriquecer el conocimiento gerencial, el cual se encuentra en una búsqueda constante para la comprensión de la realidad organizacional.
Entre las teorías que han sido clasificadas como modernas se encuentran los siguientes enfoques: de sistemas, socio – técnico y de contingencia o situacional.
El enfoque de sistemas ha servido de base para la integración del conocimiento científico y su aporte al campo administrativo es indudable. Surge la concepción de la administración como un sistema unitario e intencional compuesto por partes interrelacionadas que conforman un todo y a la vez resulta ser parte de un ambiente externo mucho más amplio y complejo. Este enfoque proporciona al gerente un marco de referencia dentro del cual se pueden planear acciones y anticipar resultados en el corto, mediano y largo plazo, así como lograr comprender las consecuencias imprevistas que puedan presentarse.
Por otra parte, el enfoque socio – técnico se basa en el desarrollo de grupos de trabajo relativamente autónomos y considera que los trabajadores poseen las habilidades fundamentales para llevar a cabo tareas. Además considera el intercambio de los puestos de trabajo y plantea que los trabajadores pueden tomar sus propias decisiones en las actividades que realizan.
Propone que una producción eficaz se da en función de la conjunción del sistema social y del sistema técnico, y plantea que el mejor desempeño del todo no puede reducirse a la suma de los mejores desempeños de sus partes tomadas por separado.
El enfoque de contingencia nace como consecuencia de la decepción de administradores, consultores e investigadores, al observar que algunos métodos que resultaron exitosos en una organización, aplicados en otra empresa representaban un fracaso. Por esta razón, llegaron a formular el siguiente planteamiento: los resultados son diferentes porque también las situaciones difieren. Por esta razón, propone que la función del administrador consiste en identificar las técnicas que deberán utilizarse en determinado momento y bajo ciertas circunstancias particulares. Se puede afirmar que este enfoque acrecienta el de sistemas al orientarse al detalle de las relaciones entre las partes de los sistemas y busca definir los factores cruciales para cada aspecto específico. De esta manera, plantea que debe haber congruencia entre la organización, los diferentes subsistemas que la conforman y su medio ambiente.

Teorías Postmodernas de la Administración
La postmodernidad trae implícito un cambio de paradigma, de pensamiento en la ciencia, es decir, una nueva forma de pensar que implicó muchos cambios en diferentes disciplinas, y se traduce en un cambio que va de la verdad absoluta a las descripciones aproximativas.
Las teorías postmodernas resaltan la importancia de entender los procesos al percibir la realidad como una construcción colectiva.
Esta nueva manera de pensar, no separa al conocimiento, sino que lo relaciona; ya no es lineal, sino circular o en red; no es monocasual sino multicasual; no se parte de la resolución de problemas, sino que se orienta a la definición de problemas; no es universal, sino que es contextual; no se parte de lo secuencial, se cree en lo paralelo; no visualiza al mundo como predefinido, sino como un mundo enactuado.
La gerencia en la postmodernidad visualiza al mundo como un conjunto de fenómenos interdependientes, por lo que se plantea una perspectiva amplia, holista y ecológica para poder describirlo, apartándose de las concepciones reduccionistas que caracterizan a las teorías clásicas.
Esta gerencia está abierta al cambio en las estructuras organizativas que cada día resultan más flexibles; acepta nueva tecnología y sus aplicaciones le resultan de gran utilidad; comprende que los individuos aprenden rápidamente y están en constante formación; sabe que sus trabajadores asumen responsabilidades; le delega toma de decisiones que les permitan innovar para crecer y desarrollarse como individuos y como organización; valora a la información y al conocimiento; y redefinió algunos conceptos básicos de la administración tradicional.
Es común oír que la teoría más reciente y novedosa es la más adecuada, algunas de ellas resultan efímeras y otras muestran cierta permanencia en el tiempo, todo dependerá de que su formulación refleje la ontología del fenómeno organizacional y de la amplitud con que se formule.

lunes, 23 de julio de 2007

VISIÓN COMPRENSIVA DE LAS TEORÍAS CLÁSICAS Y NEOCLÁSICAS DE LA ORGANIZACIÓN

Por Solmar Suárez

Dentro de las teorías clásicas de la organización se encuentran: la Teoría de la Administración o Dirección Científica de Frederick Taylor y la Teoría Administrativa de Henry Fayol. Dentro de las teorías neoclásicas se encuentran: la Organización Burocrática de Max Weber y Georges Elton Mayo, como corriente humanista del pensamiento administrativo (Teoría de los Recursos Humanos o Comportamiento Organizacional).
El origen histórico de la orientación tradicional de la administración científica se constituyó y se propagó en las décadas 1980-1920, principalmente en países de sistemas industriales más avanzados: Estados Unidos, Inglaterra y algunas zonas de Europa Occidental, donde en este período y sobre este ámbito geográfico se desarrolló la Segunda Revolución Industrial, produciéndo cambios importantes en el sistema económico. De este cuadro histórico, nace la gran empresa, suprimiendo la competencia e implantando condiciones semimonopólicas en los mercados.
La gran empresa necesitaba de una nueva tecnología adecuada a su naturaleza y objetivos, sus problemas técnicos requerían soluciones específicas. La gran empresa necesitaba: a) una programación detallada que transformara a la empresa en un sistema estable de funciones, donde el elemento humano fuera un elemento fácilmente reemplazable y convertir a la empresa en un gigantesco mecanismo que respondiera automáticamente y sin interferencias de tipo humano a los objetivos programados. Para ello, creó arbitrariamente una nueva concepción del comportamiento del hombre en la industria: la concepción mecanicista del operario; b) llegar a una optima subdivisión del trabajo; c) la transformación de la estructura productiva en un sistema de puestos escrupulosamente programado; d) medios para motivar al operario a adaptarse a la nueva estructura de producción y aumentar el ritmo y la intensidad de su tarea; e) desarrollar un proceso de selección basado en su lógica económica, que viene definida por su ubicación cuasimonopolista en el mercado.
F. Taylor (1856-1915)
La originalidad absoluta de la administración de empresas no fue patrimonio del taylorismo. Dentro de las recomendaciones técnicas, de eliminar la ineficiencia en la industria (objetivo), Taylor propone: a) la división del trabajo, b) selección del personal, c) métodos de trabajo, d) política de personal, e) la innovación de los capataces funcionales.
Sobre esta teoría, existe un consenso unánime en admitir algunos hechos básicos respecto al taylorismo. Asimismo, respecto a esta teoría se plantearon críticas a nivel científico y técnico al sistema de “dirección científica”. Sin embargo, el taylorismo tuvo éxito (era el tipo de tecnología que se correspondía a las necesidades de la fuerza predominante en el marco económico, la gran empresa monopolista.
H. Fayol (1841-1925)
A H. Fayol se le asigna un mérito de evidente importancia: a haber fundado una corriente de análisis de los problemas de administración, que encaró los aspectos de la empresa no estudiados por el taylorismo, permitiendo al tradicionalismo constituir con ambas corrientes una concepción integral del trabajo en la empresa. Mientras que Taylor y sus discípulos tuvieron como centro de sus preocupaciones la situación del taller, Fayol y sus continuadores se concentraron en el estudio de los problemas administrativos y de la dirección, complementando de hecho al taylorismo.
Las proposiciones o recomendaciones técnicas del fayolismo tienden a fijar el modo de construir una organización formal óptima, y a señalar ciertos criterios de acción que pueden asegurar mayor eficiencia al desempeño de las funciones de dicha organización. Las propuestas se concentran en tres áreas: a) el área de los principios de administración: 1) división del trabajo, 2) autoridad-responsabilidad, 3) disciplina, 4) unidad de mando, 5) unidad de dirección, 6) subordinación del interés particular al interés general, 7) remuneración del personal, 8) centralización, 9) jerarquía, 10) orden, 11) equidad, 12) estabilidad del personal, 13) iniciativa, 14) unión del personal); b) el área de los procedimientos administrativos; c) el área de las capacidades.
Sobre esta teoría, el análisis crítico de la misma, fue con respecto al descubrimiento de desviaciones de importancia en lo referente al sistema de valores con que se guió el fayolismo.
Max WEBER (1864-1920)
Max Weber define que la burocracia es un “tipo ideal” de organización delimitada por una estructura de dominación legal que se ejerce por medio de un cuadro administrativo aplicable a grandes organizaciones tanto del estado como del sector privado. Asimismo, distingue tres tipos de sociedad: 1) sociedad tradicional (en la que predomina características patriarcales y hereditarias, como la familia, entre otras); 2) la sociedad carismática en la que predominan características místicas, arbitrarias y personalistas, como grupos revolucionarios, y partidos políticos, entre otras); 3) sociedad legal, racional o burocrática en la que predominan normas impersonales y una racionalidad en las exigencias de los medios y de los fines, como las grandes empresas y en los ejércitos, entre otras.
Por otra parte, distingue tres tipos de autoridad: 1) autoridad tradicional: cuando los subordinados consideran que las ordenes de los superiores son justificadas porque esa fue siempre la manera como se hicieron las cosas. Puede transmitirse por herencia (heredero o sucesor); 2) autoridad carismática: cuando los subordinados consideran que las ordenes de los superiores son justificadas, a causa de la influencia de la personalidad y del liderazgo del superior con el cual se identifica. El poder carismático no puede ser delegado; 3) autoridad legal, racional o burocrática: cuando los subordinados consideran que las ordenes de los superiores son justificadas, porque están de acuerdo con el conjunto de preceptos o normas que consideran legítimos y de los cuales se derivan el poder de mando.
E. Mayo (1880-1949)
La teoría de E. Mayo se basó en: 1) el nivel de producción es resultante de la integración social (si el trabajador no esta integrado socialmente, su desadaptación se refleja en su eficiencia); 2) el comportamiento social de los trabajadores (en general los trabajadores no actúan o reaccionan aisladamente como individuos, sino, como miembros de grupos); 3) las recompensas y sanciones sociales (aquellos que producen muy por encima o muy por de bajo de la norma socialmente determinada, pierden el afecto y el respeto de sus compañeros. Aquellos que se ajustan a las normas que el grupo define son aceptados); 4) los grupos informales (estos grupos definen sus propias reglas de comportamiento, y constituyen la organización humana de la empresa y muchas veces están en contraposición de la organización formal establecida por la dirección); 5) las relaciones humanas (cada individuo busca compenetrarse con otros individuos queriendo ser comprendido, bien aceptado con el fin de atender sus intereses y aspiraciones más inmediatas); 6) la importancia del contenido del cargo (los trabajos simples y repetitivos, tienden a volverse monótonos y mortificantes, afectando de manera negativa las actitudes del trabajador y reduciendo su eficiencia); 7). enfasis en los aspectos emocionales
El neoclacisismo, constituye en esencia una nueva versión de las expresiones taylorista y fayolista de esa dependencia.

Referencias Bibliográficas:
Kliksberg B. (1978). El Pensamiento Organizativo: Del Taylorismo a la Teoría de la Organización. (3a ed.). Argentina: Editorial Paidos.
Chiavenato Idalberto. (1999). Introducción a la Teoría General de la Administración. (5ta. ed). Editorial Mc. Graw Hill .

sábado, 21 de julio de 2007

Teorías de la Organización: Evolución y Perspectivas

Autor: Ing. Olga Viloria.

El discurso que aquí se desarrolla gira en torno a la necesidad y posibilidad de plantear una Teoría Integradora. Sobre la base de esta premisa se reflexiona en la presente producción. El Proceso Científico y por tanto la teoría están condicionados por el enfoque ontológico y epistemológico del cognoscente: En el empirismo lógico la construcción de teorías consistió en la formulación de leyes de aplicación universal empleando el lenguaje lógico-matemático. En el Racionalismo una teoría constituye explicaciones que se abstraen de las frecuencias de observaciones causísticas que se plasman en un modelo. En la fenomenología la realidad es dinámica, comporta misterio y para comprenderla se requiere vivenciarla intersubjetivamente en el lugar de los hechos. Más que la construcción de teorías estáticas de carácter general, se interesa por realizar aproximaciones teóricas aplicables a contextos muy singulares. Ésta última se basa en una ontología relativista al contrario de las otras dos que obedecen a una ontología realista. Así podemos ver que la epistemología dominante en un determinado momento histórico rige el modo de conocer y el origen de las teorías, dando lugar a una diversidad, cuyo alcance las convierte en generales, intermedias y especificas. Las intermedias y especificas son las que mayormente abundan en la actualidad en el estudio de las organizaciones, bajo modelos o enfoques, no obstante algunas de las clásicas y neoclásicas como la de Taylor, Weber y Fayol pueden ser consideradas teorías generales, en virtud de que construyeron gran parte de los conceptos bases que aún nos asisten. Así pues, para la compresión de las organizaciones se originaron varias teorías generales clásicas de la que emergieron un espectro de enfoques o modelos basadas en la misma fundamentación epistemológica. Ahora bien, sin dejar de reconocer sus aportes, las teorías clásicas y algunas modernas son altamente cuestionadas en la actualidad. Principalmente por su abordaje positivista, reduccionista y determinista propia del método científico imperante en todas las disciplinas hasta las primeras décadas del pasado siglo. Asimismo por la concepción mecanicista de la organización y del hombre, considerado como un ser máquina provisto únicamente de inteligencia racional. Los cambios de paradigmas gestados con la flexibilización del método científico y el surgimiento de una nueva epistemología de la ciencia, nos ha conducido a tomar conciencia que lo humano no puede ser abordado partiendo de los supuestos lógicos-positivista empleados para las ciencias naturales, sino que apuntan hacia una humanización y trasdisciplinariedad en la que el reduccionismo no tiene cabida. Paradójicamente algunos señalan que la falta de consenso paradigmático ha originado los grandes vacíos aún no superados en las teorías de la organización, para otros la diversidad paradigmática es sana y forma parte de la tendencia trasdisciplinaria de estos tiempos. Al respecto señala Morín: “La Cibernética, la Teoría de los Sistemas, la Teoría de la Información, cada una a su manera,….en su fecundidad y, a la vez, en sus insuficiencias, piden por una teoría de la organización” (Pág50/51). Particularmente pienso que la trasdicisplinariedad no implica un anarquismo, sino que invita a estar atento a los errores cometidos en el pasado, en particular el determinismo que condujo al observador a proclamar su verdad como absoluta, dificultando la práctica de la comprensión, e integración. Al pensar en una teoría generalizadora o totalizadora se corre el riesgo de caer reiteradamente en la camisa de fuerza del reduccionismo. Considero que de darse ha de partirse de una nueva epistemología, tomando conciencia de los fundamentos que rigen nuestra cognición, dado que constituyen las bases para la estructuración de las teorías y según ha demostrado la historia, fijan conciente o inconcientemente las reglas (tácitas o explicitas) que determinan la interacción del hombre en la sociedad, es decir la forma en que piensan, conocen, crean significados, toman decisiones y determinan la conducta dentro de cualquier sistema social. (Bateson, 1979).La teoría de la complejidad, el principio autopiético, la cibernética de la cibernética (cibernética de segundo orden), y las teorías que sostienen que el lenguaje crea y modifica las reglas de un sistema, convergen hacia la inclusión del observador-cognoscente en un proceso de co-construcción de significados que transformen las reglas que han demostrado no tener éxito. El debate se plantea entonces (acá interviene el observador): ¿Cuál es nuestra concepción del ser humano?, ¿Qué es un estado de bienestar?, ¿Cuál es el rol de las organizaciones en la sociedad? Las repuestas consensuadas a estas interrogantes sentaran las bases para la formulación de una teoría y praxis gerencial orientada hacia una sociedad diferente.Algunas referencias.Ceberio, M. y Watzlawick, P. La Construcción del Universo. “Conceptos Introductorios y reflexiones sobre epistemología, Constructivismo y Pensamiento Sistémico. Empresa Editorial Herder, S.A. Barcelona. España. 1998.Morín, E. Introducción al Pensamiento Complejo. Traducción Marcelo Pakman. Gedisa Editorial. España.2001.

La Concepción del Hombre desde la Perspectiva de la Teoría de las Organizaciones

Por Morelia Montilla

Al hacer un recorrido por las diferentes teorías de la organización que han surgido a los largo del tiempo, podemos interpretar que su evolución está directamente relacionada con el desarrollo alcanzado por el hombre en cada uno de los sistemas sociales por los que ha transitado, encontrando en cada una de estas teorías una concepción distinta del hombre, adaptada al contexto vivido para la época. Es así como se habla del hombre económico en el enfoque clásico de la administración, concebido bajo la idea de que toda persona está motivada únicamente por los beneficios salariales, económicos y materiales, por lo que éstos son considerados un factor determinante en los esfuerzos individuales de los trabajadores y hace que lleguen al máximo de su productividad, lo cual resulta altamente beneficioso para la empresa, porque genera mayores ganancias a quienes son sus dueños, pero a costa de la explotación, aprovechamiento y desgaste de sus trabajadores, lo cual hace que haya un total desequilibrio entre obrero-patrón, producto de la estrecha visión que se tenía sobre la naturaleza humana para la época de la revolución industrial. Sus representantes principales fueron Frederick W. Taylor (Administración Científica) y Henri Fayol (Enfoque Anatómico),
Como producto de la deshumanización en el trabajo, surge la necesidad de proponer una perspectiva que considerará la parte humana en las organizaciones; de allí se deriva el enfoque humanístico que apunta al estudio del hombre y su grupo social dentro de las organizaciones empresariales. Dentro de este enfoque se encuentra enmarcada la teoría de las relaciones humanas, de donde emerge la concepción del hombre social, cuya actuación está influenciada por normas y valores de los grupos sociales de los que forman parte y van a determinar su desempeño en el entorno organizacional, esta postura considera al hombre como ser social que tiene necesidad de establecer contactos sociales en el trabajo, formar parte de un grupo y participar dentro él, la convivencia y las experiencias compartidas con sus compañeros representa una de las fuentes principales de satisfacción en el trabajo. Los primeros teóricos de esta corriente fueron Mary Parker Follet, Elton Mayo, Kart Lewin.
Los extremos manejados tanto en la teoría clásica de la administración, como en la de las relaciones humanas, provocó el surgimiento de la escuela estructuralista, compuesta por la teoría de la burocracia de Max Weber que pretendió ser la teoría de la organización que llenaría el vacío dejado por el mecanicismo clásico y el romanticismo humanista, pero su falta de flexibilidad e innovación dificultó su aplicación en las empresas y emergió la teoría estructuralista que vino a representar una síntesis de la teoría clásica y la de relaciones humanas; bajo esta perspectiva se caracteriza al hombre organizacional, capaz de participar simultáneamente en varias organizaciones, además de ser flexible ante los cambios de la vida moderna, paciente ante las frustraciones para evitar desgaste emocional, capaz de diferir recompensas y adaptarse al trabajo rutinario, además de su permanente deseo de realización. Los principales pensadores de esta corriente fueron Amitai Etzioni, Robert K. Merton y Peter Blau.
La necesidad de considerar la relación de las organizaciones con el entorno en el que se desenvuelven, lleva al estudio de las mismas a través del enfoque sistémico, el cual implica analizarlas como sistemas abiertos que intercambian constantemente materia, energía e información con el ambiente, permitiendo así reconceptualizar los fenómenos dentro de un enfoque global o total y reconociendo la importancia de las relaciones entre las partes para alcanzar el propósito del todo. Dentro de esta visión sistémica se conceptualiza al hombre funcional, como aquel individuo que desempeña una determinada función dentro de las organizaciones y se interrelaciona con los demás como un sistema abierto. En sus acciones, conformada por un conjunto de roles, mantiene expectativas en cuanto al rol de los demás participantes; procura intercambiar información con ellos en cuanto a las funciones que realizan, para lograr con esta interacción cambiar o reforzar los roles que les toca desempeñar. Entre los principales exponentes de esta teoría se destacan: Ludwing Bertalanfy, James Rosenzweig, Richard Jonson, Fremont Kast, Daniel Katz, Robert Kahn.
Avanzando en el estudio de las organizaciones como sistemas abiertos nace la teoría situacional, que trata de comprender las relaciones existentes entre la organización y su ambiente, hace énfasis en la naturaleza multivariada de las organizaciones e intenta comprender cómo operan bajo diversas condiciones y en circunstancias específicas. Uno de los aportes más importantes de este enfoque radica en la identificación de las variables que producen mayor impacto sobre la organización, como son el ambiente y la tecnología, las cuales influye en su estructura y en sus procesos internos. En cuanto a la naturaleza humana, esta postura maneja la visión de hombre complejo con valores, percepciones, características personales y necesidades que mantienen su equilibrio interno ante las exigencias que emergen de las fuerzas del ambiente externo. Además de complejo, el hombre también es variable, por cuanto sus motivaciones están jerarquizadas y sujetas a cambios, dependiendo de la situación y el momento. Como el ambiente en el futuro se perfila cada vez más incierto y turbulento, exige del individuo mayor flexibilidad, capacidad de adaptación y actualización constante de sus conocimientos, por lo tanto, exige un hombre con competencias, enmarcadas dentro de procesos integrales y sistémicos, centradas en la visión de la parte y del todo, donde se reconozca la humanidad de cada integrante de la organización, que aborde la realidad en sus múltiples dimensiones para así, superar la tendencia de concebirla de manera fragmentada. Los principales teóricos de este enfoque fueron William Hill, William Sarbuck, Tom Burns.
Es así, como la concepción del hombre desde la perspectiva de las teorías organizacionales, son producto de la evolución que ha presentado la administración a través del tiempo, dando respuesta a las características del entorno presentes en cada momento histórico en las que han surgido. En este sentido, los procesos de desarrollo organizacionales no han estado exentos de los cambios ocurridos en el contexto, por ello han requerido la aplicación de diferentes métodos adaptados a cada época, para que así la teoría administrativa esté en constante expansión y vaya ampliándose de modo progresivo.

miércoles, 18 de julio de 2007

El estudio de las organizaciones

Seminario: Teorías de la Organización.
Participante: Walevska López
Facilitador: Dr. Octavio Finol.

Estudiar la vida y los resultados generados de las organizaciones ha tenido a lo largo de la historia visiones divergentes de dos grupos esenciales de interesados. Por una parte los profesionales de la gerencia han dado valor a la producción económica, han tratado de controlar la cultura organizacional y ejercer control racional de sus procesos. En la otra vertiente los académicos se han encargado de reportar, desde una gran diversidad de ópticas, estudios de dinámicas exitosas de gestión, generando un pragmatismo en el discurso. Los estudios por tanto difieren en la manera en que proponen sus intereses y en los métodos que emplean para conducir las investigaciones.
El avance en la búsqueda de una teoría organizacional ha estado dado por la atención de modas y perspectivas que se han concentrado en escudriñar las técnicas para administrar; razón en parte de que exista la necesidad de la auto reflexión sobre la materia. Hay tal diversidad de enfoques sobre el mundo gerencial, que no es posible hablar de una teoría integradora sobre la organización. La ausencia presente de un consenso teórico y metodológico aumenta cada vez más la brecha entre los resultados de los diversos estudios sobre ellas. Por tanto, comprender y explicar a través de una teoría integral a las organizaciones es una tarea pendiente de las ciencias sociales.
Algunos críticos señalan la ausencia de consenso sobre el estudio de las organizaciones como una limitante para continuar, como una barrera que impide expresar la realidad, es así que indican que lo obtenido es ineficacia en la posibilidad de agrupar los resultados sobre la dinámica organizacional. Existe por tanto en las ciencias sociales un estado de incompetencia donde no es posible la comparación.
En contraposición a la idea de bloqueo, otros estudiosos señalan la oportunidad, el potencial, la viabilidad de generar nuevos mecanismos para entender los fenómenos que se originan en las organizaciones. En el contexto paradójico en el que nos desenvolvemos, la realidad de la divergencia crea la certidumbre de conseguir una teoría que logre explicar las relaciones humanas y de procesos que tienen vida en las organizaciones.
Cuando deseamos conocer hacia donde va el estudio de las organizaciones nos encontramos que el estado actual nos indica que existe y sigue proliferando una cantidad de paradigmas, que a su vez están sustentados en una pluralidad de enfoques y por tanto los resultados obtenidos son conducentes a una falta de consenso.
Partiendo de una óptica analítica, cuando se hace revisión del camino transitado en la búsqueda de una teoría que pueda dar respuesta a los porque que componen a las organizaciones, de manera sistematizada, socializable, corroborable y que tenga alcance explicativo universal nos encontramos que los productos son negativos.
Si la revisión se hace con base en que las organizaciones son elementos vivos y por tanto se toma al paradigma fenomenológico o socio historicista para su abordaje, las reflexiones nos conducen al mismo producto: no existe una teoría generalizable capaz de explicar la dinámica de las organizaciones.
Es así que se va “enseñando” ubicando el ascenso y la declinación de diversas modas gerenciales, más no se ha aprendido aún a encontrar una “formula” que permita desenvolverse exitosamente independientemente del contexto histórico que toca vivir.


Basado en la lectura de:
Pfeffer, J. (2000). Nuevos rumbos en la teoría de la organización. Problemas y posibilidades. Oxford University Press. México.

martes, 10 de julio de 2007

DISERTACIÓN SOBRE LAS TEORÍAS CLÁSICAS DE LAS ORGANIZACIONES
SEMINARIO: TEORIAS DE LAS ORGANIZACIONES
Facilitador: Dr. Octavio Finol

Doctorando: Lic. Ofelia Medina B
ofeiadelvalle.o@gmail.com


Hacer referencia a las teorías clásicas de la administración en estos momentos, para tratar de estudiar el comportamiento de las Organizaciones Modernas, podría parecer un
Soberana tontería y, pues las organizaciones en la actualidad se ven inmersas en cambios, transformaciones, en fin en una evolución que la lleva hacia un destino que aun para muchos no esta claramente definido, el uso de teorías que tienden a la búsqueda de certeza en los conocimientos sobre el comportamiento organizacional , puede resultar de difícil .

Para intentar responder la primera interrogante planteada en este Seminario, a saber: ¿Cuál es el alcance de la teoría en cuanto al conjunto de hechos de la realidad que pretende explicar? Podemos hacer las siguientes reflexiones:

· Cuando intentamos abordar el estudio de organizaciones solo desde la perspectiva de la productividad, la mejora de los procesos, la sistematización de los procesos productivos, podría verse tentado a estudiarla desde la perspectiva de la teoría clásica o mecanicista, que se ocupaba fundamentalmente de la organización como maquina productiva, donde los equipos, la materia prima y el recurso humano es una pieza mas de la organización.

· Ahora bien, si el enfoque esta mas centrada hacia las organizaciones desde una perspectiva sociológica, nos veremos tentados a utilizar la teoría burocrática de Weber, con la cual trataremos de indagar lo acontecido en las organizaciones desde una perspectiva del control, el liderazgo, en síntesis del poder dentro de las organizaciones y los juegos y relaciones entre individuos y grupos se pueden dar para controlar la vida organizacional.

· Todos estos distintos enfoques han intentado dar explicación desde distintas ópticas a la realidad organizacional de nuestra sociedad moderna, cargada de numerosas formas organizativas que agrupan a gran numero de individuos en todo el ámbito mundial, movidos fundamentalmente a agrupase en organizaciones no solo productivas sino de todo tipo (políticas, religiosas, culturales, etc.,) que no responde solo a motivaciones de tipo económico.

Al abordar la segunda interrogante sobre ¿Cómo concibe la complejidad de esa realidad?, podemos señalar, el hecho que las Organizaciones de todo tipo, en la actualidad no puedan ser explicadas usando solamente las teorías clásicas, donde el individuo es solo una pieza remplazable de la maquina organizacional. Ahora bien, en un momento en que se cambia la visión del individuo como parte de a la del individuo centro por y para la organización, podría ser entendido desde una nueva visión paradigmática: la de la Complejidad.
Esto nos lleva a afirmar, que creemos necesario desarrollar una nueva teoría o n en un desarrollo ontoespistémico acorde con el fenómeno organizacional complejo, variante, cambiante, donde el sujeto y el objeto se confunde en una misma entidad recursiva y que se identifica, desarrolla y crece en función de que se identifique, desarrolle y crezca
su entorno organizacional.
Este nuevo enfoque ontoepistémico que establezca una nueva concepción de el Individuo, su hacer y conocer, dentro y para la organización que no se queda solo en una perspectiva de sujeto económico-productivo, sino que va más allá, hacia la concepción del individuo creador de su realidad en armonía con sus pares y con su entorno.